El patchwork es sin duda el arte femenino americano más popular y apreciado. Las grandes aficionadas ya saben que las mantas en patchwork siempre han sido el regalo tradicional con ocasión de las bodas estadounidenses durante la Gran Depresión. El arte del patchwork y del quilting se difundieron en América gracias a los Padres Peregrinos. Pero los matices brillantes y las formas innumerables de estas pequeñas obras maestras tienen una clara influencia del mundo oriental (sobre todo japonés).
Toda la produción de la marca
Mochi Mochi Fiber Art de la dibujadora Bergen Rose (Bergen es el nombre y Rose es el apellido), con sede en el Estado de Washington, se inspira en esta raíz doble. Aunque la autora y fundadora sea americana, el estilo es sin duda japonés, con colores tenues y motivos delicados, como en la tradición del país del Sol Naciente.
Bergen llegó al mercado del patchwork en 2009, después de asistir a clases de bordado a partir de 2005, pero trabaja como pintora desde más de 30 años (de hecho, su estilo es muy particular porque ella tiene el
ojo y la perspectiva de un pintor). Por ejemplo, los pedazos de tela de
Greeting The Moon se parecen mucho a unas pinceladas. ¿No es así?
Pero detrás de la marca
Mochi Mochi Fiber Art hay un japonés también, Keiichi (Ted) Nishimura, socio y compañero de Bergen, que añade a los paneles de patchwork su experiencia de "artista del papel" y de pintor. Los dos, Bergen y Ted-San, tienen muchísimo cuidado con los particulares de todos los
patterns de
Mochi Mochi Fiber Art, como en el best seller
Hello Moon.
Las flores, los paisajes lunares, las garzas y las cigüeñas de los cuadros de Ted-San ahora han sido transpuestos a la tela, así nosotras las aficionadas al patchwork también podemos realizar obras artísticas por medio de hilos y telas de algodón
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