Una arte antigua... ¡para joyas modernas!

Fecha de inserción: 05/06/2014
¡Hola a tod@s!
Lo escribimos hace unos días y volvemos a afirmarlo con extrema convicción: ninguna "arte femenina" supo renovarse en el tiempo como el frivolité, ¡literalmente estallando como la moda más en boga de la última temporada!
Parece que todo el mundo quiere las agujas para frivolité - más sencillas de usar con respecto a las tradicionales lanzaderas - para realizar pendientes, pulseras y decoraciones varias, de colores y formas atractivos y, sobretodo, sin algún límite a las posibilidades de inventar y personalizar vuestras propias creaciones ;)

Y como a menudo pasa, Internet está amplificando esta demanda, florecen intercambio de informaciones y tutoriales, que evidencian como esta técnica, con un poco de práctica, es para todos, gracias a la facilidad de realización.

Sin embargo, aunque aplicada a joyas tan modernas y estilosas, la arte del frivolité lleva consigo una historia muy antigua y realmente fascinante.
Aunque se trate de un encaje generalmente clasificado como "victoriano", entonces de finales del siglo XIX, justo porque vivió un momento de gran gloria durante el reino de la famosa reina inglesa, existen esquemas que testimonian su existencia y una cierta difusión ya desde la mitad del 1700, en Francia, donde se realizaba especialmente como decoración para las prendas y la lencería de los más ricos.

Todavía más sorprendente, ¡los arqueólogos descubrieron en ataúdes egípcios la presencia de encajes y franjas que remiten a esta técnica!
No solo la Reina Victoria amó el frivolité, porque - por cierto - sabemos que incluso la Reina María Teresa de Austria recibió como dono nupcial 5 lanzaderas para frivolité y hasta la Reina Isabel de Rumania fue realmente profética en esta arte, porque escribió textualmente: "Una labor tan rápida y graciosa a la vista que los siglos no la borrarán" :)
Las lanzaderas, muy parecidas a las que se venden todavía, como por ejemplo esta de Prym, nunca hacían falta en las salas de estar de las damas de toda Europa y con mucha probabilidad los nombres "chiacchierino" en italiano, "tatting" en inglés (a menudo usado en el sentido de "hablar mucho y en voz baja") y "frivolitè" en francés, que alude a algo frívolo pero bonito al mismo tiempo, traen su origen de aquel ambiente, de aquel "hacer círculo", disfrutando en crear algo, típico de los tiempos pasados y de quienes, por cierto, podían permitírselo, tanto en términos económicos que de tiempo libre ;)

Hoy, relativamente al tiempo libre, lo pasamos seguramente peor ;) pero - por lo menos - esta arte es realmente al alcance de todos, también gracias a las agujas para frivolité y a su fácil uso, ¡que sin duda contribuyó a su difusión!
Crear sus propias joyas, combinando tonalidades, arcos y figuras varias típicas de esta técnica, será super sencillo y - por cierto - regalará algunas horas de "frivolitè" y de alegría a nosotros del siglo XXI también ;)

¡Hasta pronto!
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